domingo, 7 de diciembre de 2014

"Esta es la última vez que te quiero." (o la última que me acuerdo)

Al fin me he dado cuenta
de que el amor
es como volver a casa
después de una noche de fiesta.

Bailas,
bebes,
cantas,
gritas,
ríes, sobre todo ríes.
Incluso llegas a sentirte bien.

Pero llegas a casa,
tarde
sola
cansada
con los tacones en la mano
y las medias rotas
(aunque no tanto como el corazón).

Y duermes.
Y a la mañana siguiente
despiertas
con una resaca de la hostia
queriendo no acordarte de nada
pero haciéndolo.

Y recuerdas
que lo pasaste bien
que disfrutaste
que quisiste.
Pero el vacío está ahí.

Vacío al recordar
que por una vez reíste
sin importar lo que pasase mañana.
Pero
anda,
si ya es mañana.

Y te sientes mal,
y juras y juras
que no volverás a beber
ni a enamorarte.
(qué ilusa...)

"Esta es la última vez que te quiero."
(o la última que me acuerdo)

viernes, 28 de noviembre de 2014

Por mi manía de querer que me curasen las heridas y me rompieran el corazón.

No son recuerdos, son heridas.
Heridas que aunque tú no supiste borrar,
hiciste que me doliesen un poco menos.
No,
no me salvaste,
pero me prestaste tu salvavidas.
Y eso es más
de lo que nadie hizo
en mucho tiempo.

Y sonrío,
porque todo ese dolor
me sirvió
pasa ver quién soy
y quiénes me hacen ser.

(Aunque las heridas aún sangran...)

Heridas que algún día
serán solo cicatrices.
Cicatrices curadas por la sonrisa
de aquel que supo verle la belleza
 a un corazón
que estuvo roto porque quiso.

A un corazón
donde nadie se atrevió a entrar.
Cerrado a cal y canto,
con tres capas de hielo
y una de café
(para dos)
que acabó siendo para uno.

Y sí, llegó alguien
que me hizo ver
que la gama de grises de la vida
es más amplia de lo que creía.
(Pero seguían siendo grises.)

Pero se fue.
Porque sí.
Por mí.
Por mi manía de querer
que me curasen las heridas
y me rompieran el corazón.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Empiezan las noches de frío, y yo tengo que ser sin ti.

Decidimos que estaba todo perdido,
o decidí que te fueras.
Ahora estoy yo
sola,
cansada,
sin ti.
Todavía quedan restos
de tus risas por las mañanas,
de tus besos por las tardes,
de los abrazos de toda la noche.
Todavía puedo oírte
preparar el café
para dos
que acababa siendo para mí.
Oírte llegar, como siempre,
mal y tarde;
pero llegar.
Al fin y al cabo,
ahora sigo estando yo.
Maldita dulzura,
la mía digo,
por tener la decencia
o la estupidez
de recordarte.
Maldita manía
de colarte en mis noches
como un espectador
con entrada preferente
a verme diluviar.
(Mis noches,
ay mis noches.)
Pero aún sigo estando yo.
"Quiéreme ahora,
porque solo voy a peor".
Y una mierda.
Quiéreme siempre,
o vete.
(Y se fue...)
Y ahora, solo estoy yo.


lunes, 3 de noviembre de 2014

Ser, eres.

Eres el olor a café por las mañanas,
el primer rayo de luz que entre por mi ventana.

Eres la última canción
de una noche de fiesta.

Eres el último minuto de la última clase
del último curso.

Eres el abrazo de bienvenida,
los dos besos de la despedida.

Eres la primera gota
de la primera lluvia
de tu primer invierno.

Eres ese segundo de justo antes
de bajar por la montaña rusa.

Eres ese chupito de tequila
justo antes de decir "yo controlo".

Eres la primera palabra
del primer capítulo
de la historia de mi vida.

Eres el último gemido
del último polvo que compartimos.

Eres tú.
Para qué voy a pedir más.

jueves, 21 de agosto de 2014

Que no me quería, que no me querías.

¿Qué pasa cuando te has entregado de más por alguien que ni siquiera quería valorarte?
Que puse mis mejores ganas en quererte, en quererte bien, y mucho, y muy fuerte, para acabar dándome cuenta, no de que me quisieras mal, y poco, y muy flojo; para darme cuenta de que simplemente no me querías.
Que apostaba mis ruinas por ti, cuando lo único que hacías era destruirlas más y más. Que buscabas las luces de su París, y no tenías tiempo de joderte la vida conmigo. Tardé demasiado en darme cuenta de que estaba perdiendo el tiempo queriendo a alguien que solo sabía mentir. Que tus palabras bonitas crean sonrisas pero no reparan corazones. Y el mío, tío, lo has dejado hecho pedazos.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Porque lo encontré, porque fue mi "fix you".

Cuando lo has pasado mal por mucho tiempo, es cuando aprecias lo bonitos que pueden llegar a ser los días normales. O los días, sin más.
Cuando has estado más mal que bien, y cuando todo te hacía más daño que feliz, te das cuenta de lo que te has perdido.
Cuando no apreciabas los abrazos solo porque creías que no podían juntar todos tus pedazos. Porque estabas roto, porque cortabas, porque te perdías.
Pero no nos acordamos que podríamos encontrar a nuestro propio "fix you", a alguien que nos arregle, que nos quiera con nuestro corazón hecho pedazos, o con nuestros pedazos y punto. Y que los junte, y los cosa, y lo mantenga firme. Porque a veces un abrazo puede reparar corazones, y una sonrisa puede guardarlo.
Para siempre.

sábado, 8 de marzo de 2014

Que me hable de amor y me enseñe a hacerlo.

Quiero que venga y me abrace. Quiero cogerle de la mano y no soltarle nunca. Quiero susurrarle al oído que le quiero, o susurrarle al oído sin más. Quiero verle reír y saber que es por mi culpa. Que me enfade con él, que no me suelte y me diga: "hoy me da igual que te enfades, te tengo aquí conmigo y el puto mundo entero me la suda." Que no me importe lo que pase porque lo tengo conmigo, a mi lado, que todo llegue a darme igual.  Que venga por detrás, me tape los ojos y me diga que adivine quién es. Y aunque yo ya lo sé, me diga mi pista favorita: que es el que más me quiere. Que me bese, que  me bese mucho y muy fuerte. Que venga a verme a las dos de la mañana y me de un abrazo de esos que duran toda la noche. Que se ría, que me ría. Sentirle.
No sé, quiero tantas cosas. Quiero tenerle cerca. Verle. Sentirle.
Que me hable de amor y que me enseñe a hacerlo. Quererle.

martes, 28 de enero de 2014

Vamos a querernos, o mejor aún. Vamos a no dejar de hacerlo.

Vamos a jugar a ponernos sinceros. Vamos a decirnos "te quiero" cuando lo sintamos, y a mordernos cuando nos tengamos ganas. Vamos a poner el puto mundo patas arriba si hace falta para no echarnos de menos.  Vamos a perder el tiempo juntos, porque cada uno pierde el tiempo como quiere, y yo quiero hacerlo contigo. Vamos a regalarnos el aire que nos falta. Vamos a romper nuestra fecha de caducidad, y a crear un "poco a poco" que nunca acabe. Vamos a crear nuestro camino cogidos de la mano. Vamos a hacer un mundo más bajo, a nuestra medida, para no tener que agacharnos cuando la sonrisa se nos vuelve dura. Vamos a perder la cuenta de los besos que nos damos. Vamos a querernos, o mejor aún... Vamos a no dejar de hacerlo.

sábado, 18 de enero de 2014

Ya eres parte de mi vida, ya dolería no tenerte.

Guardé en una cajita el día en que por fin te abriste a mí, en el sentido completo  de la palabra. Lo guardé para recordar el día en que no me hizo falta nada más que eso para saber que me querías de verdad. Ni siquiera me hubiera hecho falta el abrazo de toda la noche que me diste después.
Cuando me miraste a los ojos y empezaste hablar; y supe que no querría que te callaras nunca. Que me pasaría mi puta vida entera escuchándote, mirando nuestras manos entrelazadas. O mirándote, nada más. Te abriste a mí, hiciste que formara parte de ti. Y eso, cariño, no se puede explicar con palabras.
Ya eres parte de mi vida, ya dolería no tenerte; y por eso...
                                                                                                       No me faltes nunca, por favor.