domingo, 13 de marzo de 2016

De tener corazón

Y a quién quieres engañar
fingiendo que no echas de menos
esos fuegos artificiales en el estómago
cuando esperabas en su portal,
que dejaban atrás
a cualquier mariposa que quisiera adentrarse en él.

A quién quieres engañar
cuando ríes y saltas y bailas
y no paras de hablar y cantar
haciendo ver que está todo bien,
que nada importa,
que no hay rotos
que no hay corazón en ti que pueda (o quiera) sentir.

A quién quieres engañar
si volverías a su infierno sin pensar en ningún cielo,
si su cama era la solución a tus problemas,
si estás segura que,
de poder enamorarte,
hubiese sido él;
si no hacía falta mirarte
para ver que "sí".

A quién quieres engañar
sabiendo que
si tú tuvieses corazón,
él sería el único que debería romperlo.

lunes, 9 de marzo de 2015

"...de llevar falta y no romperme las medias."

Yo era más de café caliente, y de inviernos soleados;
del pequeño rock 'n roll endémico que hacían mis pestañas
(decías)
"pequeño corazón que no deja de latir, camina."

Camina; mirándote los pies, o mirándote la risa,
pero camina.

(Me reí la última, y no porque riera mejor,
sino porque la clave era tu risa.)

Yo era más de escuchar el suave sonido de tus zapatos al caminar,
de observar las hojas secas bailando sobre tierra mojada cuando pasabas,
de bailar al ritmo de cualquier canción olvidada,
de beber hasta que me acordase de ti.

Yo era más de soportar los domingos de desidia,
de intercalar locura y cordura, a partes desiguales;
de llevar falda y no romperme las medias,
de cometer errores que no fueses tú.

Yo era más de ayudarte a quererme,
pero claro,
maldita dulzura la tuya de no dejarte ayudar.


jueves, 22 de enero de 2015

Primera derrota. (o si el corazón pensara dejaría de latir)

Y lo llamo primera derrota
por no llamarlo primera demolición.
(o enésima pérdida)

Porque llegaste
y pisaste;
hiciste que pisara
para borrar lo que dejé.

"Cerrado por exceso de oportunidades,
pruebe otra vez."
No hay nada más dulce
que el placer de la ironía
cuando sabes que es cierta.

"No dejaré que me eches."
(y una mierda)
Te fuiste solo.
"No me pediste que me quedara."
Si te hubieras querido quedar,
no habría hecho falta.

Estúpido corazón.
Deja de querer,
deja de pensar,
deja de desear,
y bombea mi puta sangre,
idiota.
(menos mal que pensar,
lo que se dice pensar,
no piensa; solo quiere.
Hijo de puta.)

"Si el corazón pensara
dejaría de latir."

Es triste, ¿verdad?
Que alguien te haya hecho
tanto daño
que tengas que escribir sobre ello.

"Superar exige asumir, 
no pasar página
o echar en el olvido."

Enhorabuena, has ganado.
(me has ganado)

Primera derrota no superada.

domingo, 7 de diciembre de 2014

"Esta es la última vez que te quiero." (o la última que me acuerdo)

Al fin me he dado cuenta
de que el amor
es como volver a casa
después de una noche de fiesta.

Bailas,
bebes,
cantas,
gritas,
ríes, sobre todo ríes.
Incluso llegas a sentirte bien.

Pero llegas a casa,
tarde
sola
cansada
con los tacones en la mano
y las medias rotas
(aunque no tanto como el corazón).

Y duermes.
Y a la mañana siguiente
despiertas
con una resaca de la hostia
queriendo no acordarte de nada
pero haciéndolo.

Y recuerdas
que lo pasaste bien
que disfrutaste
que quisiste.
Pero el vacío está ahí.

Vacío al recordar
que por una vez reíste
sin importar lo que pasase mañana.
Pero
anda,
si ya es mañana.

Y te sientes mal,
y juras y juras
que no volverás a beber
ni a enamorarte.
(qué ilusa...)

"Esta es la última vez que te quiero."
(o la última que me acuerdo)

viernes, 28 de noviembre de 2014

Por mi manía de querer que me curasen las heridas y me rompieran el corazón.

No son recuerdos, son heridas.
Heridas que aunque tú no supiste borrar,
hiciste que me doliesen un poco menos.
No,
no me salvaste,
pero me prestaste tu salvavidas.
Y eso es más
de lo que nadie hizo
en mucho tiempo.

Y sonrío,
porque todo ese dolor
me sirvió
pasa ver quién soy
y quiénes me hacen ser.

(Aunque las heridas aún sangran...)

Heridas que algún día
serán solo cicatrices.
Cicatrices curadas por la sonrisa
de aquel que supo verle la belleza
 a un corazón
que estuvo roto porque quiso.

A un corazón
donde nadie se atrevió a entrar.
Cerrado a cal y canto,
con tres capas de hielo
y una de café
(para dos)
que acabó siendo para uno.

Y sí, llegó alguien
que me hizo ver
que la gama de grises de la vida
es más amplia de lo que creía.
(Pero seguían siendo grises.)

Pero se fue.
Porque sí.
Por mí.
Por mi manía de querer
que me curasen las heridas
y me rompieran el corazón.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Empiezan las noches de frío, y yo tengo que ser sin ti.

Decidimos que estaba todo perdido,
o decidí que te fueras.
Ahora estoy yo
sola,
cansada,
sin ti.
Todavía quedan restos
de tus risas por las mañanas,
de tus besos por las tardes,
de los abrazos de toda la noche.
Todavía puedo oírte
preparar el café
para dos
que acababa siendo para mí.
Oírte llegar, como siempre,
mal y tarde;
pero llegar.
Al fin y al cabo,
ahora sigo estando yo.
Maldita dulzura,
la mía digo,
por tener la decencia
o la estupidez
de recordarte.
Maldita manía
de colarte en mis noches
como un espectador
con entrada preferente
a verme diluviar.
(Mis noches,
ay mis noches.)
Pero aún sigo estando yo.
"Quiéreme ahora,
porque solo voy a peor".
Y una mierda.
Quiéreme siempre,
o vete.
(Y se fue...)
Y ahora, solo estoy yo.


lunes, 3 de noviembre de 2014

Ser, eres.

Eres el olor a café por las mañanas,
el primer rayo de luz que entre por mi ventana.

Eres la última canción
de una noche de fiesta.

Eres el último minuto de la última clase
del último curso.

Eres el abrazo de bienvenida,
los dos besos de la despedida.

Eres la primera gota
de la primera lluvia
de tu primer invierno.

Eres ese segundo de justo antes
de bajar por la montaña rusa.

Eres ese chupito de tequila
justo antes de decir "yo controlo".

Eres la primera palabra
del primer capítulo
de la historia de mi vida.

Eres el último gemido
del último polvo que compartimos.

Eres tú.
Para qué voy a pedir más.