jueves, 8 de agosto de 2013

Supongo que te cansaste de bailar.

Hablábamos de echar de menos, o de echar en falta. Hablábamos de necesitar, o de querer tener. Hablábamos como dos amigos, o como dos desconocidos. Ni quisiera sabíamos lo que éramos, ni quienes éramos cuando estábamos juntos, solo él y yo nos entendíamos. Pero, ¿eso importaba?
Una vez leí que hay un número limitado de oportunidades para estar con alguien. Supongo que nosotros las agotamos todas. Una detrás de otra. Creíamos que podríamos superarlo, que seríamos fuertes y que podríamos con todo. No fue así. Dos no bailan si uno no quiere, y supongo que él se cansó antes de bailar.
Pero es que lo estropeamos tantas veces que... Ya no había nada que hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario