domingo, 13 de marzo de 2016

De tener corazón

Y a quién quieres engañar
fingiendo que no echas de menos
esos fuegos artificiales en el estómago
cuando esperabas en su portal,
que dejaban atrás
a cualquier mariposa que quisiera adentrarse en él.

A quién quieres engañar
cuando ríes y saltas y bailas
y no paras de hablar y cantar
haciendo ver que está todo bien,
que nada importa,
que no hay rotos
que no hay corazón en ti que pueda (o quiera) sentir.

A quién quieres engañar
si volverías a su infierno sin pensar en ningún cielo,
si su cama era la solución a tus problemas,
si estás segura que,
de poder enamorarte,
hubiese sido él;
si no hacía falta mirarte
para ver que "sí".

A quién quieres engañar
sabiendo que
si tú tuvieses corazón,
él sería el único que debería romperlo.